La accesibilidad web significa diseñar y desarrollar páginas que puedan ser utilizadas por todas las personas, incluidas aquellas con alguna discapacidad visual, auditiva, motora o cognitiva. Es como cuando en una ciudad se ponen rampas, ascensores o señales claras: se busca que nadie quede fuera. En internet, la accesibilidad se traduce en textos claros, imágenes con descripciones, botones fáciles de identificar o páginas que funcionan bien con lectores de pantalla.
La accesibilidad web es imprescindible porque internet forma parte de nuestra vida diaria: lo usamos para estudiar, trabajar, comunicarnos o acceder a servicios básicos. Si una web no es accesible, deja fuera a millones de personas. En cambio, cuando se construye pensando en la diversidad de usuarias y usuarios, no solo se garantiza un derecho fundamental, también se crea un internet más inclusivo, humano y justo, donde todas las personas pueden participar en igualdad de condiciones.
La accesibilidad web no es un añadido opcional, ni un gesto de buena voluntad: es la base para que cualquier persona, con cualquier capacidad, pueda usar internet en igualdad de condiciones.
El problema: millones de personas quedan fuera
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 1.300 millones de personas en el mundo (un 16 % de la población) viven con algún tipo de discapacidad. En Europa, la cifra supera los 100 millones.
El WebAIM Million Report 2024, que analiza un millón de páginas de inicio, revela un dato preocupante: el 96,3 % de las webs tienen errores de accesibilidad detectables automáticamente. Los más comunes son:
- Falta de texto alternativo en imágenes.
- Contrastes de color insuficientes.
- Formularios sin etiquetas.
- Navegación imposible solo con teclado.
Esto significa que la mayoría de los sitios web están diseñados de forma que excluyen —a veces sin darse cuenta— a millones de personas que dependen de tecnologías de asistencia para acceder a la información y los servicios.
¿Qué resuelve la accesibilidad web?
Una web accesible elimina barreras digitales y permite que personas con distintas capacidades puedan:
- Informarse (leer noticias, consultar trámites).
- Trabajar (acceder a plataformas profesionales).
- Estudiar (participar en clases online).
- Relacionarse (usar redes sociales, mensajería, foros).
- Hace posible el uso del mundo digital, en todo tipo de entornos: el laboral, personal, académico, sanitario y doméstico.
Sin accesibilidad, estos derechos básicos se ven limitados o directamente imposibles.
Tipos de diversidad funcional y retos digitales
1. Visual
Incluye baja visión, ceguera total y daltonismo.
Ejemplo: un aviso de error en un formulario mostrado solo en rojo es invisible para una persona daltónica.
Solución: combinar color con texto claro e iconos descriptivos.
2. Auditiva
Incluye sordera parcial o total.
Ejemplo: un vídeo de formación sin subtítulos impide el acceso a la información.
Solución: subtitulado, transcripción y avisos visuales.
3. Motriz
Afecta a personas con limitación o ausencia de movilidad en manos o brazos. Esto implica que estas personas es posible que no puedan usar un ratón tal y como lo conocemos, sino que usa botones pulsadores, interacción ocular o sonora.
Ejemplo: botones demasiado pequeños para usarlos con teclado o pulsadores.
Solución: interfaces adaptadas y navegables por teclado.
4. Cognitiva
Incluye dislexia, problemas de atención, memoria o comprensión.
Ejemplo: textos largos sin estructura ni apoyos visuales dificultan la comprensión.
Solución: lenguaje claro, estructura en bloques, iconografía de apoyo.
Organizaciones que impulsan la accesibilidad digital
Existen numerosas organizaciones internacionales, europeas y españolas que impulsan la accesibilidad digital, ya sea desde el ámbito normativo, la investigación, la educación o la implementación de buenas prácticas. Algunas de las más relevantes:
- W3C – Iniciativa de Accesibilidad Web (WAI): desarrolla las Web Content Accessibility Guidelines (WCAG).
- ONCE (España): impulsa la accesibilidad en entornos digitales y físicos.
- European Disability Forum: defiende los derechos digitales de las personas con discapacidad en la UE.
- Fundación Sidar: promueve la accesibilidad web en países hispanohablantes.
Marco legal y estado de la cuestión
A nivel legal, la accesibilidad web ya no es opcional: es un derecho reconocido por la ONU, exigido en la UE y obligatorio en España para el sector público (y pronto también para gran parte del sector privado).
A nivel práctico, el cumplimiento aún es irregular, aunque las exigencias normativas de 2025 (European Accessibility Act) serán un gran catalizador.
En la Unión Europea, la Directiva de Accesibilidad Web (2016/2102) obliga a las webs y apps del sector público a ser accesibles. En 2025, el European Accessibility Act amplia esta obligación a servicios y comercios online privados.
En España, la Ley 11/2007 y el Real Decreto 1112/2018 regulan la accesibilidad digital, especialmente en la Administración y servicios públicos. El incumplimiento puede acarrear sanciones, pero sobre todo, supone excluir a millones de usuarios.
Si quieres conocer cómo cumplir estas normativas y diseñar webs accesibles, consulta nuestros artículos sobre accesibilidad de productos digitales.
Principios de accesibilidad según las WCAG
Las Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web (WCAG) se basan en cuatro principios esenciales:
1. Perceptible
La información y la interfaz deben poder percibirse con más de un sentido.
- Texto alternativo en imágenes.
- Contraste de color suficiente.
- Subtítulos y transcripciones para contenidos multimedia.
- Contenido adaptable sin pérdida de funcionalidad.
2. Operable
La navegación y los controles deben ser usables por todos los métodos de interacción.
- Navegación completa por teclado.
- Evitar elementos que provoquen convulsiones (parpadeos).
- Tiempo suficiente para leer y usar el contenido.
- Posibilidad de saltar bloques repetitivos.
3. Comprensible
La información y las interacciones deben ser fáciles de entender.
- Lenguaje claro y consistente.
- Instrucciones accesibles y mensajes de error descriptivos.
- Navegación coherente en todas las páginas.
4. Robusto
El contenido debe funcionar con diferentes navegadores, dispositivos y tecnologías de asistencia, ahora y en el futuro.
- Uso correcto de HTML semántico.
- Compatibilidad con lectores de pantalla y herramientas adaptadas.
Accesibilidad, sostenibilidad y justicia digital
En Micelia creemos que la accesibilidad es inseparable de la sostenibilidad digital
La accesibilidad, la sostenibilidad y la justicia digital no son caminos separados, sino dimensiones que se entrelazan para dar forma a un futuro tecnológico más humano. Diseñar experiencias digitales accesibles es garantizar que todas las personas puedan participar plenamente; hacerlo de manera sostenible es reconocer que el planeta también forma parte de la ecuación; y hablar de justicia digital es poner el foco en la equidad y la ética detrás de cada decisión.
En Micelia entendemos que crear productos digitales hoy implica asumir esta responsabilidad integral: cuidar a las personas, cuidar al entorno y cuestionar cómo se reparten las oportunidades en el espacio digital. Solo desde esa mirada holística podremos construir un ecosistema tecnológico que no deje a nadie atrás y que, al mismo tiempo, respete los límites de lo común.
Si formas parte de una organización comprometida con la sostenibilidad, podemos ayudarte a trasladar esos valores también a tu presencia digital. Ofrecemos consultorías en accesibilidad, sostenibilidad y usabilidad web para que su web no solo comunique lo que hace, sino que también refleje cómo lo hace: con responsabilidad, coherencia y visión de futuro ¿Hablamos?
