Sostenibilidad digital para organizaciones: cómo alinear tu presencia online con tu compromiso medioambiental

Sostenibilidad digital

La sostenibilidad digital, al igual que la accesibilidad, se ha convertido en una tendencia de la que cada vez se habla más. Sin embargo, por ahora son sobre todo las grandes organizaciones ecologistas y algunas grandes compañías con un fuerte compromiso ambiental quienes se han preocupado de verdad por el diseño web sostenible y el impacto de sus comunicaciones digitales.

En Micelia a menudo nos encontramos con una escena que se repite: una ONG, una asociación, un proyecto de conservación, o una empresa con una misión ambiental muy clara, con proyectos increíbles sobre energía, bosques o derechos ambientales… y una web pesada, lenta, llena de barreras y con una huella de carbono muy elevada.

La mayoría de entidades siguen centradas en “que la web funcione” y “que se vea bien”, dejando para más adelante una pregunta clave: ¿está nuestra presencia digital alineada con los valores que defendemos fuera de la pantalla?.

Desde fuera, el mensaje que llega es contradictorio: “Cuidamos el planeta”, pero tu web desperdicia recursos cada vez que alguien la visita.

Y ahí aparece la contradicción: un discurso muy cuidado en el mundo físico… y un entorno digital que desperdicia recursos y energía cada vez que alguien entra.

Eso, en esencia, es el problema de fondo de la sostenibilidad digital.

“Si quieres transformar el mundo, tu web también forma parte del territorio que gestionas.”

Desde Micelia trabajamos precisamente aquí: en ese cruce entre discurso, tecnología y coherencia.

Qué entendemos por sostenibilidad digital

El término sostenibilidad digital puede sonar abstracto… hasta que miras algunas cifras: hoy lo digital ya representa alrededor del 4% de las emisiones globales, superando incluso a la aviación. En paralelo, en torno al 57% de los sitios web tienen una huella de carbono muy elevada, consumen muchos más recursos de los necesarios y ofrecen una experiencia pobre. La mayoría de las webs, además, no son accesibles, y solo entre un 3% y un 6% tienen un enfoque realmente sostenible según The Green Web Foundation.

Aun así, es posible que estos datos sigan sonando a estadística lejana, así que vamos a explicarlo de otra forma, más concreta:

  • Cada vez que alguien accede a una de las páginas de tu web, viajan datos, se encienden servidores y una gran variedad de dispositivos físicos consumen energía: servidores de internet, sus sistemas de refrigeración, el smartphone, el router WIFI y en general toda la infraestructura que soporta al mundo digital, que en su gran mayoría, utiliza energía procedente de combustibles fósiles.
  • Cuanto más pesada, y poco optimizada está esa web, más recursos se usan para hacer funcionar esos dispositivos y hacer lo mismo que se podría hacer con una web sostenible: mostrar información, permitir que alguien se suscriba, compre, done o consulte un documento.


Diseño web sostenible es, entonces, diseñar y desarrollar sitios que consumen menos recursos para ofrecer el mismo (o mejor) servicio, webs que respetan el tiempo y la atención de las personas, productos digitales todos ellos que son más accesibles y fáciles de mantener.

Diseñar de forma sostenible es aplicar al mundo digital la misma lógica que ya aplicamos a la energía, al agua o a los materiales.

Si nuestra conciencia ecológica hace que apaguemos luces innecesarias o no desaprovechemos el agua, ¿por qué aceptar una web que hace justo lo contrario sin que nadie lo vea?

La incoherencia que nadie quiere nombrar

Quien visita vuestra web probablemente no sabe nada de “peso de página” ni “huella de carbono digital”. Pero si puede percibir algunos síntomas: que la web va lenta, que cuesta encontrar lo importante, o que su smartphone es imposible acceder a algunos menús.

Y esa experiencia se adhiere a vuestra marca. No lo dice en voz alta, pero lo piensa: “Para ser una organización que habla de sostenibilidad, esta web no está muy cuidada”.

La sostenibilidad digital no va solo de gramos de CO₂ que se producen al visitar vuestra página, sino de coherencia y de confianza. Una web que respeta recursos y personas transmite que también cuida los detalles que no se ven. Una web descuida la experiencia de usuario, envía el mensaje contrario, aunque el contenido sea impecable.

Una web no es solo un escaparate; es una muestra de la cultura y valores de una organización.

Diseño web sostenible: impacto real, beneficios muy claros

A todas las organizaciones les surge la misma duda: “Vale, suena bien, pero… ¿merece la pena cambiar cosas?”.

La respuesta corta: SÍ. Y no solo por ética, también por pura eficacia.

Cuando aplicas criterios de diseño web sostenible en una organización, se empiezan a notar tres efectos muy evidentes:

Primero, la web se vuelve más rápida y clara.

Menos elementos superfluos, menos scripts que bloquean, menos imágenes gigantes. Esto hace que cualquier persona —con buena conexión o con una muy justa— pueda acceder a la información sin frustrarse. Y si tienes formularios de donación, de contacto o de inscripción, cada segundo cuenta.

Segundo, mejora el posicionamiento y la visibilidad.

Los buscadores valoran cada vez más la experiencia real de las personas: si tu web carga rápido, es usable en móvil y no está llena de ruido, tiene más posibilidades de aparecer por delante de webs más pesadas. Una web más ligera y ordenada suele llevarse mejor con Google que una web “espectacular” pero torpe.

Tercero, baja la complejidad técnica y los costes ocultos.

Una web llena de capas, plugins y parches se vuelve cara de mantener y frágil ante cualquier cambio. Una web sobria y sostenible, en cambio, es más fácil de actualizar, de adaptar y de escalar. Menos incendios, menos urgencias, menos horas perdidas.

Cómo contar esto dentro de tu organización sin necesidad de hablar de bytes

Quizá tú ya ves claro que necesitáis avanzar hacia la sostenibilidad digital, pero te toca “venderlo” internamente: a dirección, al área de comunicación, a sistemas, a una junta o patronato.

Nuestra experiencia en Micelia es que ayuda mucho poner el foco en el lenguaje. En lugar de hablar de kilobytes o servidores, puedes hablar de estos conceptos:

  • El tiempo que una persona espera a que cargue la web o que pierde intentando encontrar cómo colaborar, es una oportunidad perdida.
  • La confianza que se rompe cuando algo falla justo en el momento de donar, comprar, inscribirse o descargar un documento importante.
  • El ejemplo que dais al resto del sector cuando demostráis que la sostenibilidad digital es parte de vuestra forma de trabajar.


Puedes hacer un ejercicio de imaginación: El lanzamiento campaña de donaciones urgente, con miles de personas entrando a la vez. Si nuestra página de donación tarda 10 segundos en cargar en un móvil con cobertura media, mucha gente se va a quedar por el camino. Si reducimos el peso de esa página a la mitad, su experiencia mejora, consumimos menos recursos y es más probable que complete la donación. Eso es sostenibilidad digital aplicada a algo muy real.

Necesitas historias que conecten con vuestro propósito: cómo una web sostenible hace que vuestra misión llegue de forma más eficaz y con menos impacto ambiental.

Por dónde empezar

Si ya dispones de una web, no necesariamente hay que rehacerla completamente. De hecho, muchas veces es mejor empezar poco a poco pero de forma continua en el tiempo. Algunas organizaciones con las que trabajamos comenzaron revisando la página principal, la página de donaciones o de socios, una sección clave (por ejemplo, “Transparencia” o “Proyectos”).

Pequeños pasos que permiten reducir peso y simplificar contenidos, mejorar la estructura y accesibilidad, medir la diferencia en tiempo de carga y uso real.

Con esos primeros cambios se pueden mostrar resultados medibles y usar ese ejemplo para asentar una cultura digital sostenible. Así, la sostenibilidad digital deja de ser un concepto abstracto y se convierte en algo tangible.

La sostenibilidad digital como un continuo, no como una meta fija

La sostenibilidad digital no es un trabajo que se ha de realizar una sola vez y ya está, es un continuo.

Puedes tener hoy una web bastante optimizada y, dentro de dos años, haber acumulado capas de contenidos, PDFs y recursos que vuelven a hacerla pesada, confusa y menos sostenible. No porque el equipo lo haya hecho “mal”, sino porque el uso diario de lo digital también tiene impacto.

En Micelia no solo desarrollamos productos digitales con enfoque de diseño web sostenible, sino que también formamos a los equipos de tu organización con talleres centrados en procesos sostenibles:

  • Cómo actualizar la página o el blog
  • Cómo crear PDFs más ligeros
  • Cómo usar mejor los recursos audiovisuales
  • Cómo enviar comunicaciones menos pesadas
  • Cómo gestionar mejor los archivos compartidos.

El objetivo es que la sostenibilidad digital se convierta en una cultura interna de la organización, de manera que cada decisión diaria —subir un archivo, enviar una newsletter, publicar un contenido— vaya en la misma dirección.

Liderar también desde lo digital

Las organizaciones ecologistas, sociales, las empresas y las instituciones con sensibilidad ambiental llevan años empujando cambios en energía, movilidad, residuos, alimentación…

Es lógico que el siguiente paso sea mirar también a su presencia digital. Es cierto que las grandes organizaciones ya lo están implementando, pero el reto es que el mensaje llegue a todas.

Internet no es un espacio neutro: consume recursos, tiene infraestructuras físicas, genera impactos que van más allá de la vida útil de los dispositivos. La buena noticia es que, a diferencia de otros ámbitos, aquí existen mejoras que dependen solo de decisiones de diseño, contenido y tecnología que están a vuestro alcance.

Si trabajas en una organización y quieres abrir esta conversación, puedes empezar por algo tan sencillo como plantear estas preguntas:

¿Nuestra web refleja realmente nuestros valores de sostenibilidad y cuidado?

¿Estamos haciendo un uso responsable de los recursos digitales?

¿Queremos liderar también aquí, como ejemplo para otras entidades?

Desde Micelia acompañamos justo en este punto: auditamos vuestra web con la mirada puesta en la sostenibilidad digital, proponemos mejoras concretas y ayudamos a que tengas argumentos claros para defender la sostenibilidad digital dentro de tu organización.

Porque ahora más que nunca, un mundo más justo y más sostenible también se construye clic a clic.